Acerca Del Suicidio

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio es responsable de más de 800 mil muertes al año, lo que equivale a un suicidio cada 40 segundos y se encuentra entre las 20 principales causas de muerte a nivel mundial.

En Colombia, entre enero y mayo de 2020 se registraron 920 suicidios. En Bucaramanga, según el Instituto Nacional de Salud, se reportaron 646 intentos de suicidio hasta el 29 de agosto de 2020 y hasta mayo de 2020 se habían registrado 7 suicidios de acuerdo al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses.

La conducta suicida en muchos casos inicia con pensamientos y concepciones negativas sobre la vida. A medida que progresa, se presentan ideas de muerte o planes de hacerse daño y, de allí la presencia de intentoso suicidios consumados.

Existen factores de riesgo sociales, culturales, genéticos o psicológicos que pueden estar acompañados o no de experiencias de trauma o pérdidas significativas para cada persona. La conducta suicida afecta de la misma manera a todas las personas, no distingue clases sociales, razas, profesiones, etc.

Mitos:

• “El que se quiere suicidar no lo dice y el que lo dice no lo hace”: Nada más falso que esto. Nueve de cada 10 personas manifestaron pensamientos o ideas de querer hacerse daño.
• “El que quiere cometer suicidio es cobarde o valiente”: En realidad es una persona que sufre y quiere darle fin a ese sufrimiento. La persona que piensa en suicidarse no necesariamente quiere morir, quiere dejar de sufrir.
• “El que se suicida siempre está deprimido”: Aunque las personas deprimidas tienen mayor riesgo de suicidarse, no todo el que se suicida está deprimido. En ocasiones manifestaciones como alucinaciones o delirios pueden inducir a una persona a hacerse daño.
• “Preguntar a alguien sobre el suicidio puede inducir a la conducta suicida”: En muchos casos el hablar del tema puede hacer que una persona reflexione y así se consigue salvar su vida.

Signos de alarma:

Cambios en el estado de ánimo con presencia de tristeza persistente, llanto frecuente, disminución de la capacidad de disfrutar lo que antes disfrutaba, cambios en el sueño o en la alimentación. En niños o adolescentes la irritabilidad persistente, dolores sin causa especificada especialmente musculares, dolores de cabeza o a nivel abdominal pueden presentarse. También los cambios en comportamientos en los que se aumenten las conductas impulsivas o que estén influenciados por alucinaciones auditivas pueden aumentar el riesgo de suicidio.

Prevención:

Para la prevención se requiere del esfuerzo de las familias, amigos, compañeros de trabajo, educadores, líderes religiosos, profesionales de la salud, etc. Además, requiere de medidas integradas con interés político que ayude a estrategias comunitarias para una adecuada deteccióny manejo.

Tú como miembro activo de la comunidad (padre, hijo, vecino, amigo, etc.) eres pieza clave en la detección y prevención. Interésate por conocer más acerca del tema, evita juzgar, entiende el sufrimiento del que presenta pensamientos de suicidio y busca ayuda profesional.

Elaborado por: Dra. Gladys Rocío Cubides Becerra, Psiquiatra.